domingo, 4 de octubre de 2009

EL IDIOMA DE LAS MANOS

En Lisboa en el barrio de la Alfama tomamos el tranvía 28.
Eran cerca de las diecinueve horas e iba atiborrado de pasajeros.
Viajábamos hombro con hombro y trasero con trasero.
Sentí algo en mi bolsillo posterior, bajé la vista y vi una mano penetrando en él.
Como si se tratase de la de un amigo la estreché con la diestra, mientras con el dedo índice de la otra le decía que no.
El frustrado ladrón comprendió enseguida el idioma de las manos, pues forcejeando se bajó veloz del caballo metálico.


De la serie “On the road” (1)


sábado, 3 de octubre de 2009

LOS ZOCOS DE LA MEDINA DE MARRAKECH

Los zocos nos impresionaron como un gran espectáculo lleno de colores y sonidos, pero saturados de mugre concentrada y “olores de zoco”.
En aquel gigantesco bazar de los mercados, entre los puestos rebosantes de frutas y legumbres, convivían en perfecta amistad y pestilencia aves de corral, escorpiones, víboras, y legiones de asnos sobrecargados. Conducidos a los gritos de “¡balck, baleck!” ¡cuidado, cuidado!”, te hacían apartar hacia la entrada de cualquier tienda, so pena de atropellarte.

De la serie “On the road” (2)

MAL RAYO TE PARTA

Partimos de Cartagena con mucho retraso por la tormenta.
Al llegar a San Andrés estaba todo inundado, hacía diez días que llovía a torrentes y siguió una semana más.
Uno noche con cuatro compañeros de peripecias y navegación por los desbordados caminos del Hotel Decamerón San Luís, fuimos a uno de sus bares. Ni bien nos sentamos a tomar unos tragos cayó un rayo partiendo una palmera, junto a la cual recién habíamos pasado.
Con voz temblorosa mi esposa atinó a decir “No era nuestra hora”

De la serie “On the road” (3)

REENCUENTRO

En una de mis recorridas por España visité el lugar natal de mi abuelo paterno. Lubrín un pueblito muy pintoresco enclavado en las serranías de Almería.
Me parece ver sus blancas y rojas edificaciones en terrazas, sus estrechas callecitas intermedias,

el río Jauro con su rambla del Sacristán, sus almendros en flor y hasta creo percibir el perfume a cítricos que lo rodeaba.
Pero por sobre todo recuerdo con emoción el gran cariño que
recibí de muchos familiares que yo hasta entonces no conocía.

De la serie “On the road” (4)



FLOR DE SUSTO

A Praga llegamos tarde en la noche.
Nos llevaron a un hotel bueno pero
ubicado en un lugar solitario y debido a la hora su restaurante estaba cerrado.
Nos sentíamos hambrientos, por ello salí buscando algo para comer.
Había caminado unas cuadras y de pronto vi detrás de mí a un hombre enorme que creí que me perseguía y yo por descuido tenía encima todo el dinero.
Encontré un comercio y entré. Él también entró.
Resultó ser un cura colombiano. ¿Pero quién me quita el julepe que me llevé.


De la serie “On the road” (5)

viernes, 2 de octubre de 2009

LA EJECUCIÓN

La guillotina cayó sobre el cuello del
reo encapuchado, pero no lo cortó.
— ¿Cómo? ¿No ha muerto? Clamaron

asombrados todos los presentes.
Feliz el condenado pedía a gritos

un guiso de tornillos.
Mientras tanto el duende que había

cometido la travesura como un
diablillo se reía divertido.
Durante la noche había penetrado
en la prisión transformando al prisionero en un robot.

De la serie “Sapos y princesas” (1)


MICIFUZ

Micifuz era un gatito muy travieso y consentido por Sofía la niñita de la casa.
Un día encontrando la puerta abierta Micifuz salió a la calle y se perdió.
Durante su vida de gato callejero nunca se olvidó de su casa ni de la niña.
Una noche de plenilunio un duende gatuno le hizo conocer a una hermosa minina.
Ella lo convenció de ir a su hogar donde era muy querida y muy bien tratada.
Resultó ser la antigua casa de Micifuz.

De ahí en más él vivió allí con el amor
de la gatita y el cariño de Sofía

De la serie “Sapos y princesas” (2)

EL LEÑADOR


Mientras sus padres se bañaban en un arroyo
cercano, Laurita dormía muy plácida en el
bosque, a la sombra de unos añosos árboles.
La víbora se acercaba sigilosamente pero en el
momento que iba a picar a la niñita un afilado
hacha cortó la cabeza del reptil.
El duende leñador sonrió satisfecho.


De la serie “Sapos y princesas” (3)

jueves, 1 de octubre de 2009

PAQUIITA

La mosquita Paquita había quedado suspendida entre los hilos viscosos y pegadizos del bordado que formaba la telaraña.
Por más que batía las alitas y meneaba las patitas sólo lograba enredarse más.
La astuta araña sintiendo tensar la tela, corrió hacia la mosquita y la cubrió con su hebrita atrapándola.
Más tarde se daría el gusto de devorar ese exquisito manjar.
Pero un hada voladora ahuyentó con su perfume a la tejedora
y cortó con su varita la tirante tela liberando a Paquita.

De la serie "Sapos y princesas" (4)

EL MUÑECO

Me habían regalado un muñeco y lo pusieron en mi dormitorio.
Era bonito pero me daba miedo. Por las noches me aterrorizaba, dándome la impresión de que adquiría vida poniéndose agresivo.
Me hacía sufrir espantosas pesadillas.
Hasta que en un sueño llamé con mi celular rosado de princesa a mí hada madrina y ella prometió ayudarme. Por la mañana mientras yo dormía, mi mamá encontró al muñeco en el suelo con su cabeza destrozada.

De la serie "Sapos y princesas" (5)