Los zocos nos impresionaron como un gran espectáculo lleno de colores y sonidos, pero saturados de mugre concentrada y “olores de zoco”.En aquel gigantesco bazar de los mercados, entre los puestos rebosantes de frutas y legumbres, convivían en perfecta amistad y pestilencia aves de corral, escorpiones, víboras, y legiones de asnos sobrecargados. Conducidos a los gritos de “¡balck, baleck!” ¡cuidado, cuidado!”, te hacían apartar hacia la entrada de cualquier tienda, so pena de atropellarte.
De la serie “On the road” (2)

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