La mosquita Paquita había quedado suspendida entre los hilos viscosos y pegadizos del bordado que formaba la telaraña.
Por más que batía las alitas y meneaba las patitas sólo lograba enredarse más.
La astuta araña sintiendo tensar la tela, corrió hacia la mosquita y la cubrió con su hebrita atrapándola.
Más tarde se daría el gusto de devorar ese exquisito manjar.
Pero un hada voladora ahuyentó con su perfume a la tejedora
y cortó con su varita la tirante tela liberando a Paquita.
De la serie "Sapos y princesas" (4)
jueves, 1 de octubre de 2009
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